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18/05/2016
Un disco duro destripado en el suelo, empapado o incluso achicharrado en un incendio puede augurar muy poco futuro a los datos que el dispositivo contenía, pero, a pesar de que no lo parezca, todavía les queda una esperanza. A tanto no puede aspirar un disco que haya sido borrado intencionadamente, que tendrá que conformarse con el rastro que deja su vaciado.
Los problemas más comunes que afectan a los discos duros mecánicos son los daños físicos, los electrónicos, los virus y los errores humanos. En caso de recurrir a un servicio profesional para darle una segunda vida a los archivos que contenían, el proceso comienza con un diagnóstico del estado del dispositivo y la causa del fallo, se estabiliza reparando la avería y se procede a la extracción y el análisis. Para ello, se clonan los datos y, a partir de esa copia que puede ser parcial o total, se extrae el máximo de información posible, según explica Ricardo Labiaga, director técnico de OnRetrieval, empresa dedicada a la recuperación de datos.
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