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22/11/2011
La semana pasada Justo Zambrana, Secretario de Estado de Seguridad, alertaba de la debilidad de las infraestructuras críticas en lo que a tecnologías de la información se refiere y hablaba del riesgo de ciberataques contra éstas; unos días más tarde, este mismo fin de semana, ha saltado a los medios ([1], [2], [3]…) el supuesto ataque telemático contra una planta de tratamiento de agua en Springfield (Illinois) -no, no es el Springfield en el que estais pensando…-. Unos piratas rusos -presuntamente- han conseguido romper la seguridad de los sistemas SCADA de la planta y quemar una bomba de agua; aunque no parece haber habido problemas de abastecimiento para la población, se trata del primer ciberataque contra una infraestructura crítica estadounidense según Joe Weiss, reconocido experto en la materia, y el problema no parece ser lo que los piratas hayan hecho, sino (a) lo que han podido hacer y (b) el tiempo que los responsables de la planta han tardado en detectar y reaccionar…
Sea o no cierto que el ataque se ha producido, sea o no cierto que se ha producido desde Rusia contra los Estados Unidos -en recuerdo de épocas pasadas-, sea o no cierto que no ha habido riesgo de desabastecimiento -o de algo peor- para la población, el caso es que esta noticia, este hecho, viene a poner de nuevo en el punto de mira -y ya van muchas veces- la seguridad de nuestras infraestructuras críticas no sólo desde el punto de vista tradicional sino también desde el punto de vista “cibernético”.
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