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26/06/2014
Existen muchos tipos de malware, como ya sabemos, y donde hay aún mayor variedad es en la finalidad de estas piezas de software malicioso. Como explicábamos, Flappy Bird es un juego verdaderamente sencillo, pero que por su forma de juego creó verdadera adicción en menos de un año. Su expansión fue sorprendentemente rápida y, en tan solo unas horas, consiguió millones de descargas, hasta el punto de que tal “éxito” provocó en su desarrollador la retirada voluntaria del título, a pesar de que mantiene aún otros.
McAfee, en su informe trimestral sobre seguridad, ha señalado tras analizar las copias de Flappy Bird que el 80% del total contienen piezas de malware. El éxito y la proliferación de estos clones se debe, única y exclusivamente, a la desaparición voluntaria del juego original, el cual ya no está disponible, sino sólo para los que lo descargaron cuando sí estaba presente para iOS y Android.
Gracias a este éxito parasitario alcanzado por los clones de Flappy Bird, sus desarrolladores con fines cuestionables tienen la posibilidad de, a través de los terminales en que se ha instalado su malware, mandar mensajes SMS a números “Premium”,localizar un terminal y algunas otras cuestiones. El hecho de que puedan localizar nuestro terminal, en función de donde vivamos, puede conllevar un grave peligro. Y es que, si tienen datos bancarios nuestros -que han podido ser conseguidos por otras vías-, saber dónde estamos implica poder hacer uso de los anteriores. En cualquier caso, y fuera de lo que roza la ciencia – ficción, es importante señalar que la mayoría contienen malware.
Quizá el dato más grave lo encontremos en este punto, y es que parte de estos clones, también la mayor parte, podemos encontrarlos en las tiendas oficiales de aplicaciones de Google y Apple. Por lo tanto, ya no podemos, en este sentido, aconsejar descargar siempre las aplicaciones de las tiendas oficiales. No obstante, aunque es un buen método de seguridad, en estos casos queda demostrado que no es infalible, en absoluto.