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10/09/2015
Hay más de 2.000 personas afectadas de más de 50 países.
Ya no se trata del típico correo electrónico que menciona una herencia o un premio de lotería; ahora se intenta engañar a las empresas con un método más sofisticado. Los ciberdelincuentes envían un documento Word, tras el que se esconde un programa espía o keylogger, para registrar las pulsaciones del teclado y obtener de esta forma las credenciales y acceso a las cuentas de correo.
Después, buscan las conversaciones económicas y repiten el proceso entre compradores y vendedores para obtener los datos bancarios y, desviar los pagos a sus cuentas.
Hasta ahora, las más afectadas son las pequeñas y medianas empresas asiáticas. Se aprovechan de la falta de recursos técnicos y de la falta de dominio del inglés por parte de los trabajadores, que no detectan los típicos errores gramaticales de este tipo de correos.